Artista: SINBREED
Álbum: IV
Sello: Massacre Records
Fecha: 23 de noviembre de 2018
Nota: 8’5/10
Allá por el año 2008, en Alemania se formó Sinbreed, una banda que desde el primer momento tuvo claro que querían hacer un power metal de la vieja escuela, de ese potente, directo, que huye de las grandilocuencias que parece que tan de moda se han puesto, y sin duda, eso es lo que vienen dando desde entonces en sus tres trabajos discográficos anteriores, y lo que nos vamos a encontrar en este nuevo álbum, “IV”.
Tras tres discos de estudio y giras con bandas del calibre de Van Canto y Serious Black, la formación decide partir caminos con su vocalista, Herbie Langhans (Avantasia), y ficha para cubrir esta vacante a Nick Holleman. De igual manera, el guitarrista Marcus Siepen (Blind Guardian), abandona la banda, y entra a cubrir su puesto el español, Manuel Seoane (Ars Amandi, Burdel King, Mägo de Oz, Burning Kingdom), siendo por tanto la formación actual de los germanos, Nick Holleman a la voz, Flo Laurin y Manuel Seoane a laS guitarraS, Alexander Schulz al bajo y Frederik Ehmke a la batería.
En este 2018 retornan con un disco directo, repleto de potencia y de ese power metal de antaño, ese que era directo y contundente y que no precisaba de elementos externos para enganchar al oyente desde el primer segundo de reproducción. Bajo el título “IV”, nos vamos a encontrar con un disco lleno de magistrales riffs de guitarra y unas líneas vocales excepcionales. Aparte destacar el trabajo de la base rítmica de la formación, donde Frederik Ehmke hace un trabajo de sobresaliente, igual que con las líneas de bajo de Alexander Schulz.
Rápidamente van a dejar clara su propuesta, que vamos a encontrar a lo largo de todo el álbum, como venimos comentando, un power muy directo, con dobles bombos por doquier y unas líneas vocales agudas y melódicas a partes iguales, de esas que nos pueden recordar a los pesos pesados del género, como los ya inmortales Rhapsody en su época de mayor esplendor (cuando Staropoli, Turilli y Lione eran un equipo).
Así, “First Under The Sun” ya se convierte en una declaración de intenciones, siguiendo la misma línea el segundo corte del disco, “Falling Down”. No obstante no todo consiste en repartir decibelios de dobles bombos y riffs de guitarra envolventes y excepcionales, también se puede jugar con los ritmos y hacer canciones que, sin perder esa esencia que rápidamente nos indica el género que escuchamos, resulten bastante más melódicas, manteniendo esa pegada tan particular, y lo vamos a ver en el que, para mí, es uno de los mejores cortes de este álbum, “Wasted Trust”, resultando una de las canciones más completas, jugando con los ritmos, incluyendo dobles bombos solo en los momentos estrictamente necesarios, con un vocalista pletórico y momentos donde se escuchan solos espectaculares.
Con ese mismo juego de ritmos, pero quizá algo menos espectacular que el corte anterior nos encontramos la cuarta canción del disco, “Into the Arena”, que tiene también ese juego de ritmos y un juego vocal de lo más interesante, pero que quizá no resulta tan espectacular por las guitarras, que quizá no hacen el despliegue del corte anterior y eso es lo que le resta algo de brillo a un tema que, por lo demás, es otro cañón.
Llegados al ecuador del disco nos encontramos con otro corte de esos de puro power metal, con potencia, pegada, melodía… En definitiva, un corte de esos que suenan a power del de siempre. “Pale-Hearted” es otra muestra de que son artistas muy completos, capaces de hacer canciones muy elaboradas con los elementos que tienen. Demostración total de como hacer un corte más clásico con una calidad incuestionable.
Y el siguiente tema es un ejemplo de esa parte de temas más elaborados que comentaba antes, ya que se inicia con un juego de guitarras interesante, y sin tener un juego de ritmos demasiado pronunciado, logran un corte muy completo y muy llamativo, siendo uno de los mejores del trabajo, y es que además de esa complejidad compositiva que comentaba, algo más tiene “Final Call” para ser una canción tan sumamente llamativa como lo es, un resultado muy bueno, con unos solos de guitarra magistrales.
“The Purge” tiene de inicio una cosa que me ha gustado mucho, y es que empieza con las guitarras muy fuertes y por unos segundos te hace esperar una batería muy cañera, a doble bombo y con un ritmo frenético, pero no es ni mucho menos así como entra la percusión, ya que si bien es cierto que tiene potencia y usa los dobles bombos, el ritmo no es ese ritmo frenético que se podía esperar al escuchar el inicio del corte, y es un completo acierto, ya que logra sorprender para desembocar en un corte que, como decimos, sin tener esa velocidad, tiene una dosis extra de potencia y un estribillo de lo más pegadizo.
En la recta final del disco nos vamos a encontrar con tres canciones que son muy parecidas y diferentes a la vez. Parecidas porque las tres son la esencia de la formación, y diferentes porque a nivel compositivo no se parecen nada y cada una tiene un tiempo diferente, las dos primeras bastante constante y la tercera jugando con los ritmos, siendo un cierre espectacular el que forman “Pride Strikes”, contundente, con mucha potencia y velocidad, “At Least I Am”, un corte que tiene algo menos de velocidad pero no por eso es menos contundente, y “Through the Fire”, que con ese juego de ritmos muestra de nuevo el altísimo nivel que tiene este LP.
En definitiva, un disco tremendamente completo, con una madurez indiscutible y una evolución más que notable, el cambio de vocalista, que a priori podría ser un hándicap muy grande, ha sido un punto que no les ha afectado en absoluto, más bien todo lo contrario, les ha ayudado a crecer aún más como banda y a lograr unas composiciones sensacionales, logrando un disco sumamente interesante, digno de ser escuchado varias veces. Y destacar también el «toque» especial de nuestro Manuel Seoane, quien lo borda, como siempre con sus guitarras. Sinbreed llevan tiempo reclamando su lugar en el olimpo del power metal (por así decirlo), y como carta de presentación este disco sería excepcional, pese a ser el cuarto.
Como comento siempre, para gustos los colores, pero en la opinión de quien le escribe, podemos estar ante el mejor disco de la (por ahora) corta a la par que dilatada trayectoria de la banda alemana, y si siguen el camino que llevan, habrá que estar muy atento a los futuros lanzamientos discográficos, ya que prometen ser auténticas bombas de relojería.
Joseph Draven