SANTOS ROCK BAND + ROSEBAD + SPINAL MARROW
Sala Barracudas Rock Bar (Madrid), 6 de octubre de 2018
No sólo de bandas archiconocidas se nutre un buen concierto, a veces, ir a un show de bandas que pasan más desapercibidas puede ser una grata experiencia. Después de haber asistido al concierto de una banda internacional más que reconocida el día anterior, el sábado se presentaba con un cartel que, a la par que desconocido por mucha gente, resultaba interesante, con los madrileños Santos Rock Band, los valencianos Rosebad y los también madrileño-ecuatorianos, Spinal Marrow y hasta allí nos desplazamos, cámara en mano, dispuestos a pasar una gran velada de rock y cerveza.
Spinal Marrow se formó en el año 2008 y desde entonces su propósito ha sido derrochar un Thrash death con pegada y fuerza. Cuenta actualmente con Willy (guitarra y voz), Stalin (guitarra y voz), Juan (bajo) y Emilio (batería). Su propuesta huye de grandilocuencias, como comentaba previamente, un Thrash con toques de death muy directo, aunque yo debo reconocer que no me convenció en absoluto.
No voy a discutir su entrega, que fue incuestionable y sus ganas, que se nota que son muchas, y aunque musicalmente no suenan mal, debo reconocer que las voces no me gustaron en absoluto, con pasajes donde se escuchaban demasiado forzadas (o esa fue mi sensación), y diría que es una sensación generalizada en vista del poco movimiento (amén del poco público que había) existente en la sala mientras duró la actuación del cuarteto.
Un derroche de energía sin el premio que buscan, pero que no es motivo para que desistan, puliendo un par de detalles su calidad puede subir bastante y convertirse en una banda que tire las puertas abajo, pero ante todo el detalle de las voces, ya que como digo, no me convencieron en absoluto, por lo demás nada que reprochar a la formación.
Su set-list fue:
Intro – Sin nombre
Trash
Evil Mind
Tinieblas
Sombras
Inmoral
One Beer
Muerte
Deseando la Muerte
Abismo
La sala iba cogiendo color poco a poco, pues la entrada empezaba a ser ya más que decente cuando la formación valenciana, ROSEBAD salió a escena. Volvían casi un año después al mismo escenario para presentar su tercer trabajo discográfico, “Grietas del Tiempo”. Pero hablemos un poco de su historia antes de hablar de su show.
Formados en 2004, Rosebad empezó como quinteto, pasando a cuarteto tras grabar la primera demo en 2006. En el año 2010 ganaron un concurso vía MySpace que les lleva a grabar un EP titulado “Fuego en la Piel”. Tras varios cambios de formación se establecen de nuevo como quinteto y prosiguen trabajando en nuevas composiciones hasta llegar a este 2018, donde editan “Grietas del Tiempo” y comienzan a presentarlo por diversos puntos de la geografía nacional, contando con Rubén García a la guitarra, David García al bajo, Jordi Sánchez a la voz, Santi al violín y Salvador Zamora a la batería.
En lo que respecta a su show propiamente dicho, un derroche excepcional de energía y buen hacer sobre las tablas que rápidamente hicieron al público entregarse al máximo en el concierto de los valencianos, que tocando un heavy rock con ese toque adicional que les aporta el violín sorprendieron a varios de los asistentes, que aún no conocían lo que podían ofrecer. Con un vocalista dominando a la perfección sus registros y una base rítmica de esas que siempre gustan, se metieron al público en el bolsillo en apenas tres cortes, arrancando la primera gran ovación de la noche tras “Fuego en la piel”.
Poco a poco desgranaron un set-list donde hicieron un buen repaso de su carrera, teniendo como algunos de los hitos destacados del concierto “Muñeca de trapo”, una maravillosa canción que habla del maltrato y que me pareció de lo mejor que interpretaron sobre las tablas.
Tuvieron, incluso, ese punto que no pude evitar pensar en bandas mucho más conocidas a nivel nacional cuando tocaron “Taberna Rock N’ Roll”, ya que si le añades una guitarra, un teclado, una flauta y un poco de algo más (que prefiero omitir) podría pasar sin problemas por un tema de Mägo de Oz.
Pero sin duda alguna su mayor hito de la noche fue la cover de “Getsemaní” que interpretaron, del maravilloso musical “Jesucristo Superstar”, donde además el cantante no se salió en absoluto de la excepcional entonación que le dio en su día Camilo Sesto o más recientemente Leo Jiménez, haciendo una cover muy a su estilo a la par que respetuosa con la grabación en castellano que se hizo en su momento, marcando lo que para mí fue el tema de la noche por su parte.
En definitiva, un muy buen show, con una propuesta que coquetea con el heavy sin renunciar a esos toques de rock y sobre todo con ese plus que les aporta el violín, además evitando a las mil maravillas posibles comparaciones con otras formaciones que les hicieran caer en el ostracismo. Rosebad ha conseguido un sonido propio fruto de más de diez años de trabajo, y a buen seguro que conseguirán ese reconocimiento que se merecen, siempre que sigan dando conciertos como el que ofrecieron en el Barracudas.
Su set-list fue:
Grietas
Último Tren
Uno Entre Un Millón
Fuego en la Piel
Igual que las Demás
No Me Vas a Hacer Dejar el Rock
Getsemaní
Muñeca de Trapo
Sin Ti
Contradicciones
Vivir de un Sueño
Corazón de Metal
Taberna Rock N’ Roll
Sexo, Alcohol y Rock
Santos Rock Band se forma en febrero de 2016 tras la disolución de Santos y Pecadores. Con toques de Hard Rock y Heavy Metal, pero con influencias del Rock y del Blues, la formación se inaugura con Carlos Santos a la guitarra, Diego Guillén al bajo y Juan Luis Álvarez (Barri) a la batería, grabando en 2016 su primer LP (“Tres Almas”) que cuenta con invitados tan variados como Elena Alonso (Third Dim3nsion) aportando teclados en un par de temas, o Zezi Sixx y Juddy López aportando sus voces. Fruto de esta colaboración, Juddy entra a formar parte de Santos Rock Band de forma definitiva. De esta forma, en 2017 graban “Cuatro Almas”, siendo la continuación de su anterior LP pero cantado íntegramente por Juddy López, tras haber realizado una serie de conciertos que tienen como mayor hito el lleno que lograron en la sala La Mala. A finales de 2017, Diego Guillén sale del grupo y ya iniciado 2018 entran en la formación Óscar Díaz (ex Füel) al bajo y Germán Fonseca a la segunda guitarra, completando así el quinteto con el que la banda se presenta en la actualidad.
Su despliegue de energía, técnica, entrega y pasión fue tal que no hubo persona en la sala que no terminase moviéndose con el recital que nos dieron los madrileños, un concierto realmente excepcional que confirma las palabras con las que abría este texto: a veces las formaciones desconocidas pueden dar conciertos a la altura de los más grandes, el concierto del Barracudas que dio Santos puede ser una demostración de lo que un grupo que sabe cómo hacer las cosas, que da el doscientos por ciento y que es capaz de atraer al público a sus redes puede hacer de un concierto que parecía que iba a ser en petit comité una verdadera fiesta del rock.
Comenzaron con mucha fuerza, con una canción que personalmente me parece una verdadera maravilla como “Guerra sin cuartel”, donde ya pudimos ver rápidamente que Juddy López no sólo lo hace bien en estudio, sino que es un verdadero animal escénico, ya que su presencia en apenas un minuto se hizo enorme, ayudando de paso a sus compañeros a llenar la sala y no sólo con los decibelios que salían de los amplificadores.
Hicieron un repaso rápido a su “Cuatro Almas” por cuestiones de tiempo, y por esa razón se me quedaron en el tintero algunos temas como “Velocidad”, que se ha acabado convirtiendo en una de mis favoritas, pero no faltó la garra y la agresividad tan necesarias en su justa medida como imprescindibles para hacer de esta fiesta algo memorable. Siguiendo por el set hicieron temblar los cimientos de la sala con “Sangrienta Pasión” o “El Destino (no está escrito)”, que es sin duda mi favorita de su repertorio, no sólo por una composición musical excepcional, además por una lírica que desde el primer momento consiguió llegarme.
La instrumental “Dos Almas” fue el momento de descanso que le vino de maravilla a Juddy para recuperar fuerzas. Y aunque se notó su ausencia (lógicamente, como en cualquier tema instrumental se nota la ausencia del vocalista), el nivel no decayó en absoluto, ya que fue un momento de lucimiento absoluto del resto de compañeros de la formación, logrando hacer bailar a todo el mundo que allí estaba.
Volviendo Juddy al escenario siguieron repartiendo decibelios de hard rock del bueno, del de calidad, con “El Embrujo del Rock N’ Roll” y una cover que, está en el disco y que tiene una calidad enorme, de la inmortal Janis Joplin, “Move Over”, arrancando uno de esos aplausos que tiran una sala abajo.
En la recta final nos regalaron otra cover, en esta ocasión de Y&T, “Forever”, con un resultado que gustó y mucho al respetable allí concentrado.
El definitiva, un concierto a la altura de los grandes, que dejó satisfecho a todo el mundo y que debo reconocer que disfruté bastante, pero porque ver disfrutar a los músicos sobre el escenario siempre se contagia, y para esta ocasión pude ver, sobre todo a Juddy, disfrutar muchísimo, dejando algunas imágenes para el recuerdo (no me refiero a fotografías) realmente maravillosas, sin duda ese día salieron con un buen puñado de nuevos seguidores, mostrando la línea ascendente que llevan y que, esperemos, les lleve muy lejos, pues calidad tienen de sobra para ello.
Su set-list fue:
Intro – Tiempos Duros
Guerra Sin Cuartel
Sueños Rotos
Sangrienta Pasión
El Destino
Dos Almas (Instrumental)
El Embrujo del Rock N’ Roll
Move Over (Janis Joplin cover)
No Te Van a Parar
Forever (Y&T cover)
Defiendete
Texto y fotos: Joseph Draven