Artista: Snakeyes
Álbum: Evil Must Die
Sello: Autoproducido
Fecha: 28 de marzo de 2020
Nota: 9/10
Tercer disco de los rumano-gaditanos SnakeyeS; tras un «Metal Monster» arrollador la banda retorna con este «Evil Must Die«, un disco que pese a la crisis del COVID-19 no han querido aplazar y han editado para el deleite de sus seguidores y disfrute de los oídos más exigentes en lo que a buen heavy metal patrio se refiere.
La banda formada por José Pineda (bajo), Justi Bala (guitarra), Carlos Delgado (batería) y Cosmin Aionita (voz) han logrado un resultado espectacular en este disco, con un sonido que por momentos difiere mucho de lo que hemos podido escuchar en sus trabajos anteriores y por momentos se aproxima más, pero ante todo marcando una clara evolución en su música, logrando definir un sonido de forma muy clara y explotarlo en su máxima expresión.
‘War Machine’ es una canción llena de potencia, con una versión mucho más agresiva de la voz del cantante a la que estamos acostumbrados de los dos discos anteriores de la formación gaditana. Un comienzo directo, sin escrúpulos, heavy metal que suena como un cañón y con una clara muestra de la evolución del sonido de SnakeyeS, y de la dirección que van a tomar en este disco conceptual.
Con ‘The Evil Dead’ nos vamos a encontrar una canción que sigue los pasos de su predecesora en cuanto a agresividad y potencia, si bien es cierto que baja un par de revoluciones el ritmo de la canción, pero este cambio no le hace perder ni un ápice de la fuerza con la que arranca el disco, ganando aún más pegada si cabe con este corte.
‘New World Order’ vuelve a subir ese punto las revoluciones respecto al tema anterior pero manteniendo ese sonido agresivo y directo que está caracterizando el arranque de este disco, la voz sigue siendo una muy grata sorpresa, con un registro más grave, más agresivo que lo que conocemos de discos anteriores, tirando poco de agudos y mostrando una faceta prácticamente desconocida de Cosmin Aionita, aunque el momento en que entran los agudos nos traen a la cabeza algunas de las grandes canciones de sus dos discos anteriores.
‘Lose Control’ es la canción que menos contundencia emplea en la batería, tirando por una faceta un poco más melódica que los casos anteriores pero manteniendo una pegada indiscutible. La voz en este caso sí que, en líneas generales, se va a registos más reconocibles en esta banda, logrando así una variación interesante en el sonido del disco.
‘I Am Evil’ es seguramente una de las canciones más directas del álbum, empleando una sección instrumental muy agresiva, con una guitarra muy potente y una base rítmica que trabaja como si de una apisonadora se tratase, para remtara el trabajo con una voz totalmente desgarrada, agresiva, con fuerza… Un tema realmente contundente que demuestra ese sonido que la banda ha querido adoptar para este disco en todo su esplendor.
‘Dead Don’t I Ride’ arranca con unas guitarras bastantes oscuras que desembocan en un tema de heavy metal con un toque bastante clásico en su sonido, al menos en la base rítmica y en la guitarra, ya que la voz sigue esa senda de sonidos graves, subiendo de forma muy eventual a esos agudos tan reconocibles del cantante de esta banda. Un tema muy uinteresante de escuchar con un aprovechamiento óptimo de los recursos para sorprender por momentos con el sonido.
‘The Clown and The God’ hace honor a su nombre, arrancando los primeros segundos con un aire circense que nos dejan con otro de esos temas marca de la casa, de heavy metal directo al mentón y sin contemplaciones, con un sonido que sí me ha recordado más a sus discos anteriores, pero sin bajar ni un sólo ápice la enorme calidad de este álbum.
‘Death Stranded’ tiene uno de esos solos de guitarra espectacular, de esos que invitan a hacer «air-guitar». El tema es de nuevo una oda a la potencia, con una pegada descomunal, manteniendo esa línea de un heavy muy directo y sorprendiendo con la voz, con ese nuevo registro más grave que ha adoptado sin olvidar algún agudo, que le da un aire diferente al sonido de SnakeyeS, una verdadera animalada de trabajo el realizado por los músicos de la banda para lograr un resultado sensacional.
Encaramos la recta final con ‘Sign of Our Times’, una canción que arranca con fuerza, con una guitarra potente y una base rítmica arrolladora, marcanco un ritmo rápido sin precisar de dobles bombos para ello, y logrando de nuevo un sonido que nos puede recordar con mucha facilidad a los grandes grupos del heavy metal de la vieja escuela. La voz en esta ocasión va a trabajar en unos tonos más agudos pero sin llegar a esos agudos de los discos anteriores salvo en alguna ocasión puntual. El estribllo suena con una epicidad destacable, logrando un gran resultado.
Cierra el disco ‘All Gods are Dead’, un corte que tiene el sonido más oscuro de todo el disco, con unas guitarras limpias que le dan ese toque entre misterioso y tétrico al inicio, pero que llegados al segundo 45 retoma el sonido directo, recuperando la distorsión en las guitarras para dar paso a un tema muy completo, con un buen juego de batería y una voz espectacular, siendo un cierre inmejorable para un disco realmente sorprendente, que nos da una nueva perspectiva del sonido que es capaz de lograr SnakeyeS, y una perspectiva muy interesante, ya que muestran tener un buen abanico de recursos y, sobre todo, muestran que saben explotarlos a la perfección para lograr unos resultados sublimes.
Un disco de metal nacional realmente soberbio por parte de una de esas bandas que parece que no hacen mucho ruido cuando tienen calidad más que de sobra para estar haciendo todo el ruido del mundo y estar mucho más arriba de lo que están ahora mismo, un puesto que reclaman con un disco soberbio como este «Evil Must Die» y que a la vista del resultado, merecen sin ningún tipo de duda.
Joseph Draven