Artista: Allen-Olzon
Álbum: Worlds Apart
Sello: Frontiers Music
Fecha: 6 de marzo de 2020
Nota: 8,5/10
De la combinación de las voces de Russell Allen y Annette Olzon sólo se puede esperar un disco de una calidad altísima. Si a esto le juntamos la experiencia que tiene un sello como Frontiers Music a la hora de llevar a cabo este tipo de proyectos, tenemos ante nosotros un disco que, a priori, merece dos o tres escuchas mínimo.
Russell Allen, cantante de Symphony X, es de sobra conocido y poca presentación necesita a estas alturas, siendo uno de los referentes dentro del metal progresivo a nivel mundial. Anette Olzon, otra cantante que no necesita de presentación tras haber estado varios años en Nightwish y haber lanzado dos auténticas maravillas con el proyecto The Dark Element junto a Jani Liimatainen (ex Sonata Arctica).
De esta forma, la unión de ambos cantantes da origen al proyecto Allen-Olzon, que se presenta al mundo con un disco que, como era de suponer viendo el nivel de ambos, es una delicia musical llamada “Worlds Apart”.
Un disco donde vamos a tener esos toques más próximos al progresivo combinados con esos sonidos más propios de metal sinfónico, haciendo así una combinación de sonidos explosiva y sumamente interesante que hace que ambas voces destaquen sobre manera, y esto lo vamos a poder apreciar desde el inicio del álbum con ‘Never Die’, una canción que arranca con ese toque sinfónico y al que se van uniendo los instrumentos para dejar una maravilla musical como carta de presentación, y que sin duda tiene el punto curioso, ya que no arranca con la combinación de ambas voces, en este tema vamos a poder disfrutar del potencial vocal que atesora Russell Allen con un estribillo espectacular.
‘Worlds Apart’ arranca con un teclado que rápidamente nos deja ver que nos vamos a encontrar una canción con un componente melódico impresionante, y que ha sido uno de los adelantos que han utilizado para presentar este proyecto, el primer tema donde vamos a poder disfrutar además del dúo vocal que forman ambos cantantes. Vamos a poder ver cómo ambas voces combinan para dejar un estribillo sensacional, de esos que son pegadizos. Una de las mejores canciones del disco, con potencia, con una melodía maravillosa, y con una forma indudablemente bien gestionada de aprovechar ambas voces, logrando así un resultado excepcional.
Con ‘I’ll Never Leave You’ tenemos un tema que sube algo las revoluciones en base a un doble bombo muy bien encajado y unas guitarras que hacen un trabajo titánico para lograr una parte instrumental muy llamativa. A nivel vocal vamos a encontrarnos con la voz de Anette Olzon de entrada, jugando en las estrofas con un teclado que no podría estar mejor colocado, y que nos lleva a un estribillo sublime. En este caso, toda la canción va a estar conducida a nivel lírico por la voz femenina, mostrando así algo que ya se puede sospechar con el primer tema del álbum, y es que no sólo de combinaciones vocales van a vivir, ambos son dos grandes cantantes y lo van a demostrar en varias canciones cantadas por uno de los dos vocalistas.
‘What if I Live’, el que ha sido el último adelanto publicado por la discográfica, es el tema que comienza a sonar por los altavoces de nuestro equipo, un tema que juega con un medio tiempo y unos solos de guitarra realmente espectaculares, y que de nuevo nos trae el combo de voces en todo su esplendor, sobre todo al inicio del mismo. Un tema que juega con una atmósfera que se tiñe con cierto aire melancólico pero que nos deja una canción excepcional en todos los sentidos, una composición exquisita, un trabajo vocal excelente y un estribillo que es una auténtica explosión sonora, componentes inmejorables para dejar registrada una canción que, al menos a mí, me ha parecido realmente maravillosa.
Seguimos con ‘Lost Soul’, un tema que por el título ya nos anuncia un tema con potencia, y la entrada de las guitarras nos va a confirmar esa pegada que se presupone a la canción, con un muy buen juego del teclado y unos solos de guitarra agresivos, que se unen a una base rítmica arrolladora y que juega con los tempos a las mil maravillas. Un colchón inmejorable para el despliegue vocal tan soberbio que vamos a encontrarnos por parte de Russell Allen, que realiza un trabajo dificilmente mejorable, logrando así una de las mejores canciones del disco sin duda alguna. Ojo al solo de guitarra que vamos a poder escuchar en el tercio final del álbum, es una maravilla en toda regla.
Pasamos a ‘No Sign of Life’, una canción que de nuevo toma esa atmósfera algo más íntima gracias a las guitarras limpias que escuchamos al inicio del tema. La batería da paso a la distorsión en las seis cuerdas pero bajando el nivel de potencia en favor de un nivel melódico mucho más alto, y volviendo a las guitarras limpias a la entrada de la voz durante unos segundos. En esta ocasión vamos a tener de nuevo las voces de ambos cantantes, mostrando una variedad de registros interesantes y dejando registrado un estribillo que es difícil describir con palabras, ya que ambas voces realizan un trabajo titánico para lograr un estribillo que, si bien es cierto que es, quizá de los más cortos del disco, es también uno de los más espectaculares que vamos a poder degustar en este LP.
‘One More Chance’ es un tema que desde el arranque nos anuncia que va a ser interpretado de forma íntegra por Anette Olzon, ya que tiene todos los elementos que potencian la técnica vocal de la ex cantante de Nightwish. Un tema con un ritmo pausado, que nos muestra una de las mejores líneas de bajo que vamos a poder disfrutar en todo el álbum, que crea una atmósfera única y absorbente, y que nos termina de atrapar en cuanto entran las primeras notas vocales, pudiendo disfrutar de un buen abanico de recursos por parte de la cantante, logrando así una canción completa y con una calidad incuestionable, entrando también en ese particular top-3 que suele tener cada disco, una de esas que te puedes poner en bucle durante un buen rato y no cansarte de escucharla.
‘My Enemy’ va a ser una canción que eleve algo el ritmo respecto a la anterior, donde vamos a tener esas guitarras que tienen ese punto de agresividad que nos recuerda que también se puede hacer un tema con un corte más próximo al metal en estado puro sin perder esa identidad particular que ha ido adquiriendo el disco a lo largo de los minutos. Una nueva muestra del potencial que tienen ambas voces cuando trabajan juntas, contando con uno de esos estribillos extremadamente pegadizos. Un muy buen trabajo para encarar la recta final del álbum.
Recta final que comenzamos a afrontar con ‘Who You Really Are’, un tema que mantiene ese nivel de potencia visto en el corte anterior pero jugando con un teclado excepcional. Una canción que se acerca bastante al medio natural de Russell Allen, ya que tienen algunos toques que pueden recordar con bastante facilidad a temas de Symphony X, y por eso mismo no sorprende en absoluto que esta canción esté cantada íntegramente por la voz masculina del combo.
‘Cold Inside’ es la penúltima canción del disco, un tema que arranca de una forma muy relajada, con un teclado haciendo verdaderas maravillas, al que se une una sección de cuerda frotada para ir creando esa atmósfera íntima que va a propiciar el lucimiento absoluto de Anette Olzon. Un tema que prácticamente se podría calificar como la balada del disco, con ese aire melancólico que le aporta la melodía de la sección de cuerda frotada, y al que se va a unir la parte instrumental de la banda cuando se llegue al primer estribillo, reforzando esa atmósfera y elevando a la máxima potencia la calidad de la canción, siendo un resultado realmente asombroso, siendo también un despliegue de técnica y calidad vocal por parte de la cantante femenina del combo que, creo, está fuera de toda duda.
Cierra el disco ‘Who’s Gonna Stop Me Now’, un tema que, como no podía ser de otra manera, va a tener un combo vocal inmejorable y una buena dosis de potencia, eso sí, con una mezcla perfecta con la parte más melódica de la banda. Un broche de oro inmejorable para un disco que me ha resultado realmente sorprendente, y es que ya sabemos que Frontiers Music es especialista en este tipo de proyectos, y no siempre salen bien. En este caso, combinada dos voces de dos estilos que comparten algunos elementos pero que son ligeramente antagónicos, dos voces además con mucha personalidad y que podría resultar difícil integrar con éxito en un disco, y el resultado que podemos apreciar es realmente exquisito.
Un trabajo muy bien realizado por los compositores del álbum, sabiendo aprovechar los puntos fuertes de cada uno de los cantantes, y sabiendo crear esas vorágines de sonidos que favorecen la aparición de ambas voces de manera simultánea, logrando así que, en esta ocasión, tengamos un éxito en la idea de la discográfica de juntar a dos cantantes que son tan icónicos como Russell Allen y Anette Olzon. Un disco que merece la pena escuchar dos o tres veces para poder degustar de forma adecuada y apreciar el gran trabajo llevado a cabo por todos los músicos involucrados. Esperemos que este sea el primero de muchos trabajos de ambos cantantes, ya que partiendo de esta base se pueden esperar grandes cosas y, aunque esto sería bastante más difícil, también sería una idea interesante llevar esto a un tour, aunque esto resulta bastante más improbable.
Joseph Draven