Ante la cantidad de peticiones para que hiciera un capítulo extra de la serie, Salva Arteaga trae un especial de bandas españolas y latinas.
LOS 90 NUESTROS
Ante las peticiones de algunos lectores de la serie ROMPIENDO MITOS de que hiciera un capítulo extra, no me quedaba más remedio que meter en este bonus track el metal hecho en los 90 en España y los países latinoamericanos.
Al principio pensé que sería una selección pequeña, pero nada más lejos de la realidad. En los años 90, como vimos en los capítulos de la serie, la producción metalera fue extensa y brillante, y en este capítulo extra lo veremos también.
Veremos bandas de España, México y Argentina, de casi todos los estilos. Pero sobre todo veremos auténticos discazos, que en algunos casos son cuasi perfectos y en otros casos falla la producción o la portada es muy floja, pero que en cualquier caso , su contenido es de sobresaliente. Eso sí, al ser una gran recopilación, he elegido solamente un disco por banda, lo que no quiere decir que esa banda no sacara en esa década otro disco merecedor de estar en esta lista. En algunos casos he nombrado varios de sus discos, pero es que hay bandas en las que se hace harto complicado quedarse con solo uno.
COMENZAMOS
El año 1990 comenzaba con el segundo disco de los argentinos Rata Blanca. La incombustible banda liderada por Walter Giardino publicaba “Magos, espadas y rosas”, un disco de power metal en un momento que el power aún no estaba en auge. Una maravilla de disco.
En el año 1989, los catalanes Legion sorprendieron con un discazo de thrash metal titulado “Lethal liberty”. Un año después, sacaban la continuación que llamaron “Mind training”. Un auténtico discazo manchado por una producción pésima. A pesar del dolor que supone el sonido, bajo de él se pueden apreciar unas composiciones de un altísimo nivel.
Otra banda de thrash, pero esta procedente de Argentina y cantando en español. Hermética editaba a finales del año 1991 su segundo trabajo titulado “Ácido argentino”, un álbum con 12 trallazos thrasher y toques de heavy metal, que es a día de hoy su mejor disco.
En los años 92 y 93, Medina Azahara sacaba a la luz, los que para mí, son los mejores discos de su carrera. “Sin tiempo” (1992) y “Donde está la luz” (1993). Dos discos donde se introducían más en el metal pero sin dejar esas raíces andaluciles que los vieron nacer. “Donde está la luz” es un discazo, pero “Sin tiempo” es absolutamente redondo.
Desde Euskal Herria llegaba una de las mejores bandas de metal que ha dado el estado español. Su Ta Gar se marcaron 3 discazos en 3 años. “Jaiotse basatia” (1991), “Hortzak estuturik” (1992) y “Munstro hilak” (1993) son tres auténticas obras maestras. Metal cantado en euskera que traspasó las fronteras (idiomática sobre todo) para hacerse un hueco entre los grandes. Difícil decantarse por uno, pero si debo quedarme con uno, ese será “Jaiotse basatia” por ser el primero, el más fresco y contener un himno como “Jo ta ke“.
1993 fue el año elegido por una especie de superbanda (aunque en un principio no se desvelaron sus identidades) para publicar su primer disco. Los mexicanos (aunque con miembros de otras nacionalidades también) Brujería sorprendían al mundo con su debut “Matando güeros”. Un álbum de grindcore cantado en español y que no solo llamaba la atención por su contenido y letras, sino por su portada que fue censurada. Dos años después, sacaban una perfecta continuación a este disco y que llevó por título “Raza odiada”. Ambos imprescindibles para los fans del género.
Otra banda que se hace dificil escoger un solo disco es Soziedad Alkoholika. Ya desde 1990 S.A. habían llamado la atención de todo el Estado con su demo “Intoxikazión etílika”, que les abrió las puertas para grabar su homónimo disco de debut. Pero fue en 1993 cuando sacaron el inmenso (no solo por el título) “”>Y ese que tanto habla, está totalmente hueco, ya sabéis que el cántaro vacío es el que más suena”. Una maravilla que, para un servidor, es junto a su siguiente plástico “Ratas” (1995) lo mejor de su discografía.
El 17 de noviembre de 1996 aparecía el disco debut de unos jovencitos y muy agresivos Avulsed. La banda de Dave Rotten se dejaban conocer con este “Eminence in putrescene” colocando las bases de lo que sería el sonido Avulsed. Un magnífico disco de debut que auguraba una existosa carrera, justo la que han tenido y que los ha colocado en los referentes del death metal europeo.
Los Fear Factory españoles. Así es como se llegaron a denominar a los catalanes Ktulu. Su grandísimo disco “Confrontación” así lo revelaba. Sonido potente con samplers y partes electrónicas, 1997 descubría a unas de las mejores bandas de la década. La pena es que este disco y su anterior “Orden genético” (1994) no tuvieron una continuación digna en los siguientes años.
La llegada del final de la década nos trajo un buen puñado de discos. Desde La Rioja, llegaban los heavymetaleros Tierra Santa, que se marcaron tres discazos “Medieval” (1997) “Legendario” (1997) y “Tierras de leyenda” (2000). Su debut de 1997 es buenísmo. Guitarras que por momentos recordaban a Iron Maiden y una temática histórica en sus letras. Luego de estos tres discos la banda dio un giro a su sonido y comenzó a sonar menos potente y más insípida su música.
Otra de las bandas españolas que se marcaron una buena cantidad de grandes discos fueron los madrileños Hamlet. Una banda que ha ido cambiando sutilmente de estilo y de imagen, pero sin perder su esencia, que siempre ha estado ahí y que tiene su gran baza en los directos. Aunque para eso debes tener temazos como los que tiene su álbum de 1998 “Insomnio”, con toda seguridad su mejor trabajo.
Desde Argentina otra vez, llegaba en 1998 el cuarto trabajo discográfico de la banda A.N.I.M.A.L. que llevó por título “Poder latino”. El disco, además de contener grandísimos temas (me sigue poniendo los pelos de punta la balada acustica final “Cinco siglos igual”) lleva el sello en la producción de Max Cavalera (Soulfly), lo que ya hace que mucha gente le ponga atención. También colaboraron músicos de Suicidal Tendencies, Fear Factory , o el gran Robert Trujillo (Metallica).
También fue este el año del cuarto disco de los madrileños Mago de Oz. En 1998 presentaban el maravilloso “La leyenda de la Mancha”, un disco conceptual alrededor de la obra de Miguel de Cervantes (“Don Quijote de La Mancha”) que colocaba a la banda del controvertido Txus en la primera línea del metal cantado en español. La consolidación definitiva se produjo dos años después con el doble álbum “Finisterra”.
Desde Segovia llegó el tercer disco de Lujuria “Sin parar de pecar” (1999). El primero que escuché (con el tema “Sperman” nada más y nada menos me inicié) y que contenía temazos como “Jekill & Mrs. Hyde” o el himno “Corazón de heavy metal”. Para este que escribe, su segundo mejor disco después de “El poder del deseo” (2003).
Y entonces llegó Leo Jiménez. Llegó para quedarse y de que manera. “Vientos de guerra” es el primer disco de Saratoga en el que la voz corre a cargo de La Bestia. Pero es que además la batería la va a manejar en este álbum Dani Pérez, otra bestia. Ellos dos junto a Niko del Hierro y Jero Ramiro formarán una de las mejores line-up que ha tenido Saratoga y que dará sus mayores frutos 4 años más tarde con su obra maestra “Agotarás” (2002).
Metidos de lleno ya en 1999, también desde Madrid nos llegaba el espectacular debut de la banda de power sinfónico Dark Moor. Cantando en inglés, con temática muy típica del power y con toques de música clásica, Dark Moor se marcaban un disco que dejaba claro cual era su camino y que los llevó a publicar dos discazos después, “The hall of the olden dreams” (2000) y “The gates of oblivion” (2002).
Y si antes hablábamos de la voz de Leo, ahora no podemos dejar de hablar de otra de las grandes voces que ha dado el Estado, la de Pacho Brea. Con Ankhara, en este último año de la década, publicó “Dueño del tiempo”, su álbum debut y que fue todo un bombazo. Power de calidad el que hacía Ankhara y que se consolidarían en lo alto del metal español con su siguiente disco, un año después, titulado simplemente “II” (2000).
Y finalizamos este repaso con otro discazo que se editó en 1999. El segundo (o tercero, según se mire) disco de Avalanch. Los asturianos presentaban a su nuevo vocalista, Víctor García, que le dio un cambio (y una mejora) al sonido de la banda a partir de este “Llanto de un héroe”. Temas que seguían la linea de su anterior trabajo pero con la personalidad de la voz de Víctor. La confirmación definitiva de Avalanch se produjo 2 años después con el maravilloso “El ángel caído” (2001).
Con esto terminamos, ahora sí, el repaso a una década que lejos de ser una mala década para el metal, se ha demostrado que fue un vivero de auténticos discazos. Quizás para ti no están todos los que son, así que si quieres puedes poner otros discos (aunque se repita la banda) que te parezcan necesarios en los comentarios de nuestro facebook.
Redacción y dirección: Salva Arteaga
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