Banda: DESTRUCTION
Álbum: Birth of Malice
Fecha: 07 – Marzo – 2025
Sello: Napalm Records
La llegada de un nuevo lanzamiento siempre es un acontecimiento esperado para cualquier apasionado de la música, pero cuando se trata de un nuevo disco de una de las bandas más fiables y regulares del panorama, las ganas de enfrentarse a esa primera escucha son enormes. Estoy hablando del nuevo
álbum de DESTRUCTION, «Birth of Malice», decimoctava producción de los veteranos alemanes, los cuales demuestran desde el primer corte, que a lo largo de los 50 minutos que dura este trabajo, te vas a encontrar un disco cargado de energía, velocidad, y unos instrumentos que se unen para formar
uno de los mejores trabajos en la carrera de este cuarteto. El presente disco llega a nuestras manos después de tres años con respecto a su antecesor y la espera, no solo ha valido la pena, sino que además podemos ver a una banda que sigue en su mejor momento, con las mismas ganas y entrega de sus primeros trabajos. Unos músicos que llevan comiéndose la escena desde 1985 con aquel «Infernal Overkill», y que acaban de colocar en el mercado uno de esos discos que tienes que tener como escucha obligatoria.
El trabajo se abre con una breve intro de un minuto de duración que sirve de antesala para lo que se nos viene encima; y esa furia, ese primer golpe directo, nos llega a través de los 5 minutos que dura «Destruction«, la primera composición del disco, y la más larga, no podría tener un nombre más adecuado, pues aquí están ellos, y este es su maravilloso Thrash Metal. La pieza nos da una entrada a base de seis cuerdas potentes, pesadas y aplastantes. Un tema que demuestra una técnica y un virtuosismo demoledor. Guitarras y batería juegan juntos en una melodía repleta de velocidad extrema, y es que los bombos y platillos de Randy Black se fusionan a la perfección con el sonido que sale de los instrumentos de Damir Eskic y Martin Furia. Una composición que nos entrega unos solos que están colocados en el momento adecuado y que son perfectos tanto en duración como ejecución.
«Cyber Warfare» se abre con un sorprendente bajo y unas afiladísimas guitarras para darnos una de las
mejores entradas que un servidor ha escuchado en la carrera de DESTRUCTION. Una de esas piezas que mientras la escuchas ya te la imaginas poder disfrutarla en directo. Una canción que sabe unir perfectamente la velocidad vertiginosa del Thrash Metal, con unos ritmos entrecortados, creando así una de las piezas más completas del disco. Si a todo esto le añades la voz de Marcel Schmier, la cual es la acompañante perfecta para el sonido que proviene de los instrumentos, todo hace que suene a calidad
por todos los costados.
Seguimos avanzando por el tracklist del álbum y le llega el turno a «No Kings – No Masters», la cual te golpea desde el primer segundo, pues la potencia de las guitarras es sencillamente desgarradora. Aquí no hay piedad, y tampoco la necesitamos, DESTRUCTION demuestra toda su fuerza y potencia en 4
minutos donde lo único que puedes hacer es disfrutar de toda la pujanza que te cae encima, pues no hay ni un solo segundo donde el cuarteto levante el pie del acelerador en una de las piezas más rápidas y contundentes de todo el disco. Sencillamente destructivo, sencillamente maravilloso.
Si las seis cuerdas venían con fuerza en el tema que acabo de reseñar, en «Scumbag Human Race», dicha fuerza viene acompañada de esa pesadez propia del Thrash de los 80, incluso me atrevo a decir que del Death Metal de la vieja escuela; y es que el inicio de esta composición nos transporta a esos
aromas de los inicios, ese sonido crudo y salvaje, solo que aquí todo viene bañado de un aire contemporáneo, sobre todo a través de la grandísima producción que tiene el trabajo, pues la limpieza
del sonido es espectacular y se nota aun más en la presente pieza.
Llegamos a la mitad del álbum y nos encontramos con «God of Gore» posiblemente la pieza más «caótica» del nuevo trabajo de los alemanes. Por momentos parece que todo está desordenado en la composición más alocada del álbum, un tema donde la banda levanta ligeramente el pie del acelerador, si lo comparamos con las anteriores entradas, para darnos 4 minutos de unos ritmos muy pesados e intensos.
La séptima en salir a escena es «A.N.G.S.T.», una de las piezas que sirvió de adelanto para este trabajo y con el cual la banda pone toda la carne en el asador. Un inicio de tema donde nos volvemos a encontrar con esas guitarras pesadas y contundentes que son las encargadas de llevar la voz cantante en la composición; y hablando de voz, aquí podemos disfrutar de un Schmier que pone a prueba su garganta, llegando a tonos más rasgados y profundos, jugando así con varias tonalidades, lo que le da a la pieza mucho más dinamismo. Un trallazo que en el minuto 3 del partido nos ofrece uno de los cambios de ritmo más sorprendentes de todo el disco.
Con «Dealer of Death» solo puedo decir una cosa, estamos ante un nuevo himno de DESTRUCTION. Y es que el octavo corte es sencillamente sublime. A lo largo de sus casi 5 minutos de duración podemos envolvernos en todos los aspectos que nos ofrece la banda en la presente obra. Un tema que tiene
partes veloces, fuerza, furia y unos bombos y platillos que en esta ocasión nos invita a «bailar» con sus ritmos pausados por momentos, pero machacones en todo momento. Un tema que bien podría servir para resumir todo el disco.
Entramos en la recta final conducidos por los acordes de «Evil Never Sleeps» una de las canciones más pesadas del tracklist y con el estribillo más épico de todo el álbum. Las guitarras son la base de todo el disco, pero aquí se muestran con mucha más presencia, más cuerpo, dando forma a la composición mas «lenta» del disco.
«Chains of Sorrow» cambia el registro de la anterior entrada y nos introduce en un Thrash mucho más veloz y oscuro. Un tema que a lo largo de sus cuatro minutos consigue que no puedas parar de mover la cabeza (yo llevo así desde el primer corte) y lo hace a través de unas guitarras que vuelven a sacar toda su furia y fuerza para estar acorde con los impresionantes temblores que se expulsan desde los bombos y platillos. La décima entrada del disco es la que ostenta el aroma más oscuro de todo el álbum y lo que es bajo mi humilde opinión, el mejor solo de guitarra de todo el disco.
Y llegamos a la penúltima canción del disco. Penúltima por qué no es la que cierra el trabajo, pero última pieza por ser la que finaliza el tracklist original del disco. «Greed» es la pieza «rara» del disco. Sus ritmos y su forma de expresarse es totalmente diferente al resto, y aún así no desentona en absoluto dentro de este maravilloso recorrido que DESTRUCTION nos han regalado.
La pieza encargada de bajar el telón del álbum es una increíble versión del «Fast as a Shark» de los legendarios ACCEPT. Un cover de los que personalmente me vuelven loco. Y es que para un servidor, una buena versión es aquella que suena en un género totalmente diferente a la pieza original y aún así, mantiene toda la esencia primitiva con la que fue concebido. Sin duda alguna, todo un acierto este cover para poner fin a la fiesta.
En definitiva este decimoctavo trabajo de los trashers alemanes viene para quedarse. Una obra que, adelanto ya, estará a finales de año entre los mejores discos de este 2025. Un trabajo maravilloso y espectacular en todas sus líneas; desde composiciones completas y bien trabajadas, hasta una producción que es sencillamente impresionante, pues el sonido tan limpio del disco es abrumador. DESTRUCTION han construido una obra que será recordada y admirada a través del paso del tiempo.
Santi Machin