Artista: MARIO GUTIÉRREZ
Álbum: Deliria
Sello: Demons Records
Fecha: 22 de abril de 2021
Nota: 8/10
Mario Gutiérrez es un conocido guitarrista de la escena nacional, por haber sido durante muchos años guitarrista de AZRAEL, sin embargo su trabajo no se limita sólo a esta banda, puesto que tiene en el mercado dos discos en solitario, “Climbo” (2006) y “Subatomic Energy” (2012), a los que se une este nuevo álbum, “Deliria” (2021), que prosigue de esta manera la carrera en solitario del guitarrista, donde aprovecha para buscar y experimentar otros sonidos, pudiendo así hacer un mayor despliegue de su formación y experiencia.
El álbum arranca con ‘Sintonía Rockstar’, un tema que se inicia con unos riffs de guitarra de lo más interesante, dejando claro rápidamente que este disco va destinado a fans de virtuosos de la guitarra, con cierto aire incluso a los primeros discos de Jorge Salán o los discos en solitario de Fran Soler, por citar dos artistas nacionales. Un corte totalmente instrumental que puede gustar también a seguidores de Steve Vai por citar otro virtuoso de las seis cuerdas, que derrocha calidad y un trabajo meticuloso para lograr un gran resultado.
Con ‘Un Hombre Normal’ nos vamos a encontrar un tema parecido al anterior en el inicio, pero en este caso incluyendo lírica, lo que se acaba convirtiendo en un corte de rock muy elegante en todos los sentidos, con un resultado muy bien logrado, trabajado sin duda alguna hasta la saciedad y con un mimo por cada detalle incuestionable, logrando así un estribillo muy interesante, con cierta intensidad y un trabajo tanto de guitarra como de bajo sublime.
El siguiente tema, ‘Ciudad del Silencio’, arranca con guitarras limpias que poco a poco van ganando ligeramente en distorsión sin perder ese aire acústico con el que inician durante los primeros compases al menos. Un tema que se desarrolla con estas características, logrando de nuevo un corte instrumental de un rock muy elegante y muy bien elaborado.
’70 Noches’ comienza con un riff muy interesante, un tema que de nuevo vuelve a tener letra y que recuerda a esos temas de rock duro clásicos en todos los aspectos, tanto musical como vocal y lírico, llevando al oyente incluso a otra época, lo que habla mucho y muy bien del trabajo del guitarrista con esta canción.
Llegamos al ecuador del álbum con ‘La Canción de Baños de Montemayor’, un tema que se inicia con guitarras acústicas, formato en el que se va a desarrollar toda la canción, dando un aire diferente pero con cierto aire melancólico que hace que la calidad no decaiga en absoluto, un gran trabajo sin duda.
El siguiente tema, ‘Rondo Alla Turca’, o ‘Marcha Turca’, no necesita mucha presentación, es una gran interpretación en formato rock duro de una de las obres cumbre de Mozart, mejor escucharlo sin duda alguna.
‘Cuando el Pasado Vuelve’ tiene un indiscutible aire de rock clásico, por momentos incluso coquetea con el blues, logrando así una combinación de sonidos tremendamente interesante, en otra de las canciones con letra y voz de un álbum que está resultando realmente sorprendente.
‘Siete Lagunas’ tiene de nuevo cierto aire casi flamenco, con percusión y guitarra acústica al comienzo. A medida que transcurren los segundos se van uniendo más instrumentos, recuperando ese aire de rock que está transmitiendo todo el disco, elegante y depurado. El tema tiene un pasaje central más agresivo, con guitarra distorsionada y que coquetea con algo más que el rock duro, aproximándose con mucho descaro y calidad a sonidos más cercanos al heavy, logrando así un tema de contrastes que se convierte en uno de los mejores del disco sin duda alguna.
‘Musa Lidia’ vuelve a esos sonidos más potentes, en un tema que es heavy metal en todo su esplendor, directo, contundente, potente, con unos solos de guitarra muy bien trabajados y un despliegue de fuerza descomunal, que logra dar un nuevo matiz a este disco, tremendamente interesante y repleto de matices, que necesita más de una escucha para poder degustar a fondo todo lo que tiene que ofrecer.
Cierra el disco ‘Siguiendo tu Estela’, un tema que nuevamente vuelve a arrancar con aire acústico, guitarras limpias con un sonido muy limpio a los que se une la voz, con una entonación prácticamente inmejorable, sin olvidar algún pasaje de guitarras eléctricas en unos estribillos que cogen algo de potencia para volver a ese sonido acústico, haciendo así una especie de montaña rusa sonora que supone el broche de oro ideal para este “Deliria”.
Un disco de matices, como decía antes, que requiere de varias escuchas para poder degustarlo tanto como sea posible, y creo que esto sólo puede decir cosas buenas de un muy buen trabajo de Mario Gutiérrez, que ha logrado un disco que combina diferentes facetas sonoras en un mismo disco, logrando además que ninguna suene forzada, sino que todas suenan perfectamente engranadas en este álbum, un disco que, sin hacer mucho ruido, destila kilates de calidad.
Joseph Draven