Artista: Dynazty
Álbum: The Dark Delight
Sello: AFM Records
Fecha: 3 de abril de 2020
Nota: 8,5/10
Dynazty surgen en Estocolmo en 2008, cuando Nils Molin (voz, Amaranthe) consigue reunir al bajista Jonathan Olsson (Lindemann, Pain), al guitarrista Love Magnusson, el batería Georg Härnstem Egg (Dee Snider, Joe Lynn Turner) y el también guitarrista Mikael Lavér (Lindemann, Joe Lynn Turner). Desde entonces la banda ha publicado seis discos (“Bring the Thunder” en 2009, “Knock You Down” en 2011, “Sultans of Sin” en 2012, “Renatus” en 2014, “Titanic Mass” en 2016 y “Firesign” en 2018) y en este 2020 regresan con un nuevo pelotazo debajo del brazo, titulado “The Dark Delight”.
Arranca el disco con ‘Presence of Mind’, un tema muy directo, con un sonido que me recuerda un poco a grupos como Amaranthe pero sin la combinación de voces. Una base rítmica contundente, unas guitarras con un trabajo sensacional, unos sintetizadores que hacen auténticas maravillas y un trabajo por parte del vocalista que es una verdadera delicia musical, logrando así una apertura magnífica para un disco que promete regalar grandes minutos musicales.
Sensaciones que se confirman con el segundo corte del álbum, ‘Paradise of the Architect’, que sigue la estela marcada por el tema anterior pero donde el trabajo vocal me ha gustado aún más si cabe, y el solo de guitarra que hay, que es sublime. Sin duda una forma de empezar por todo lo alto el álbum con dos temas que suenan como dos auténticos trallazos.
Sigue el álbum con ‘The Black’, una canción donde la guitarra adquiere mayor protagonismo, siendo casi el instrumento protagonista. De nuevo un tema directo, plagado de fuerza y con un trabajo vocal sublime, que en este caso explota en su máxima expresión al llegar al estribillo, uno de esos pegadizos que se meten en la cabeza sin darte cuenta. Un muy buen trabajo por parte de la banda para dejar un gran tema registrado en este disco.
‘From Sound to Silence’ nos trae los primeros guturales que vamos a poder escuchar en el álbum, manteniendo ese sonido que está caracterizando todo el disco nos vamos a encontrar unos teclados que, nuevamente, ceden algo de protagonismo a las guitarras, tanto que al principio es como una jam entre teclado y guitarra, todo ello para desembocar en una canción directa y con ese juego entre voces limpias y guturales que le da ese toque diferente pero interesante.
‘Hologram’ arranca con un teclado que nos invita a pensar en un tema tranquilo, lo que corrobora la entrada de las guitarras limpias y una voz con un fuerte toque melódico. La entrada del resto de instrumentos confirma que nos encontramos ante una canción que trabaja en esa faceta más melódica de la banda, cogiendo algo de potencia en el estribillo, manejando durante unos segundos tras el primer estribillo solo voz, bajo y batería. Una muy buena canción, interesante, con un buen abanico de recursos muy bien aprovechados por parte de la formación, y que logran como resultado una de las mejores canciones del álbum.
Con ‘Heartless Madness’ volvemos a esos sonidos que han dominado la primera parte del álbum, más directos, más contundentes y con un estribillo espectacular, donde la combinación de voz, coros y teclados es, sencillamente, magistral. Un tema que de nuevo juega a las mil maravillas con los silencios de las guitarras, lo que ayuda a que el bajo luzca aún más, y logra un resultado soberbio que sigue manteniendo el nivel muy alto en el disco y que sigue enganchando a quienes le gusten los sonidos de bandas como Temperance.
‘Waterfall’ es una canción realmente sorprendente, mantiene ese punto de contundencia pero bajando el ritmo y la fuerza en la base rítmica, sin que ello afecte para nada a la potencia musical que desprende el tema, apoyándose para ello en unas guitarras algo más agresivas que en casos anteriores (ojo al solo, es realmente sublime), y en un estribillo de los mejores del disco, mostrando que no sólo mantienen alto el nivel de calidad de cada canción, sino que esta curva aún sigue siendo ascendente, con una segunda parte del álbum que se va superando canción tras canción. Este corte me ha parecido uno de los tres mejores del disco sin duda alguna.
Con ‘Threading the Needle’ nos vamos a encontrar con la canción donde más claramente se ve la influencia más ochentera en la banda, con sonidos que nos pueden traer rápidamente a la cabeza algunas de las bandas más potentes de hard rock de la época; eso sí, sin perder el toque que llevan mostrando durante todo el álbum de esa oleada de “metal moderno” por así denominarlo. Una canción muy completa e interesante que, sin embargno, no me ha llegado a convencer más que su predecersora. Aún así, un muy buen trabajo por parte de la banda, con un juego de sonidos interesante y un estribillo explosivo donde los haya.
‘The Man and the Elements’ va a jugar de nuevo con el protagonismo disputado entre la voz y las guitarras, con un sonido de percusión interesante y logrando un resultado muy interesante. Una combinación de sonidos muy bien trabajados y con un resultado final realmente excelente, que alcanza su máximo esplendor cuando todos los elementos se unen en los estribillos para dejar otra pieza de alta calidad y con un solo de guitarra muy bueno.
Encaramos la recta final del álbum con ‘Apex’, un corte que empieza con mucha potencia y que va a jugar con la sección instrumental de una forma sublime entre las estrofras y los estribillos de la canción, logrando así esa montaña rusa de sonidos que nos recuerda a los primeros cortes del disco. Es el segundo tema en todo el álbum donde vamos a poder escuchar voz gutural, un recurso que ha aparecido poco en el disco pero que, cuando lo ha hecho, ha sido para elevar aún más, si es posible, la calidad de la composición en cuestión, dejando nuevamente un gran trabajo de los suecos.
‘The Road to Redemption’ es una canción que juega con ese toque ochentero que la banda ha ido mostrando con cuentagotas a lo largo del tema, pero que en esta ocasión dejan salir en todo su esplendor para lograr una canción espectacular, jugando con las guitarras limpias y con ese aire nostálgico, logrando un muy buen resultado y, como digo, recordando esa época donde los sonidos del hard rock eran la tónica dominante. Un gran trabajo sin duda alguna el realizado por Dynazty en esta canción.
Cierra el disco el tema que le da título, ‘The Dark Delight’. Una combinación de sonidos que por momentos se concentran para ofrecer una verdadera explosión sonora sublime, con unos estribillos excepcionales, unas guitarras que realizan un trabajo sensacional con unos solos arrolladores y una base rítmica que, sin necesitar de un ritmo especialmente rápido, suena arrolladora. Un broche de oro inmejorable para un disco que me ha parecido realmente sorprendente.
En definitiva, la banda sueca ha regresado con ganas de comerse el mundo, y este disco es una clara muestra de ello; un álbum que está plagado de sonidos potentes, directos, contundentes, estribillos pegadizos, guitarras arrolladoras y, sobre todo, un trabajo vocal realmente espectacular, que logran así que este “The Dark Delight” de Dynazty sea un disco muy interesante que escuchar, entretenido y, sobre todo, que no decepcionará en absoluto a sus seguidores, además de reportarle un buen puñado de nuevos seguidores. Una escucha que se hace corta, y que sin duda merece catarlo un par de veces al menos para poder degustar lo máximo posible todo el potencial que oculta cada una de las canciones que componen este disco.
Joseph Draven