Artista: 7 ALMAS
Álbum: Abre los Ojos
Sello: The Fish Factory
Fecha: 23 de marzo de 2018
Nota: 7’5/10
7 Almas es una banda de hard rock melódico formada en el año 2011 cuando Oscar J. López e Israel Hernansáiz (guitarra y voz de Basnake, banda tributo a Whitesnake) unen sus fuerzas. Tras una temporada de composición se lanzan a la búsqueda del resto de engranajes que hagan girar este mecanismo a la perfección, y es así como aterrizan en este universo Oscar Salas “Cherokee” (Cuatro Gatos), Carlos Mora a los teclados y David Saura (ex Quijotes Eléctricos) a la batería.
Su sonido es muy característico, ya que su registro es un hard rock puro, muy ochentero, que hace que escuchar el disco de esta formación sea como una especie de viaje al pasado, donde la movida dominaba las calles del Madrid nocturno y donde formaciones con un sonido similar al de 7 Almas salían por todas partes. De esta forma podemos destacar como algunas de sus mayores influencias en Sangre Azul o Whitesnake por citar algunas.
Inicia el álbum un corte directo, que muestra claramente la propuesta de la que hablamos. Si bien es cierto que no es un aporte fresco a este género (como decía previamente, es como viajar al pasado), sí es innegable que posee una gran calidad, con un sonido contundente de batería y bajo, unas guitarras depuradas (los solos son muy buenos) pero sin perder la distorsión y unas líneas vocales que se mueven como pez en el agua en los agudos, todo esto concentrado en unos pocos minutos que llevan por título “Siempre vas a estar”. Como decimos, abre el disco mostrando claramente su propuesta.
Dentro de este estilo que vamos comentando se pueden ver más canciones a lo largo del álbum, jugando con los ritmos, pero en general manteniendo esas características que decimos en el sonido, ejemplo de esto son “Cuando me Miras” o “Ya no Estás”.
“Nunca Vuelvas” también se mueve en esos registros, pero la pongo aparte porque muestra algo que siempre pasa muy desapercibido y es muy importante, que es el bajo. Tiene unas líneas de bajo que le elevan a casi protagonista y siempre es de agradecer que dejen destacar aunque sea durante unos segundos a este instrumento.
Dentro de las baladas saben hacer un muy buen trabajo, con un corte combinando guitarra limpia y distorsionada, un teclado excelente y una lírica conmovedora recogido bajo el nombre de “Invierno en Octubre”, ritmos lentos, coros magistrales y una línea vocal repleta de melodía, formando los ingredientes adecuados para dejar grabada una maravillosa balada que recordar.
“Revolución” no es que de algo nuevo a nivel musical de lo que ya hemos visto previamente, pero la pongo aparte porque me ha parecido de lejos el mejor tema de todo el álbum, ya que tiene algo adictivo en el estribillo, que se convierte en uno de esos que se clavan en la cabeza y no salen de ahí a menos que escuches la canción una docena de veces sin parar, siendo además un corte que incluye algunos de los mejores solos que he escuchado en todo el álbum. Un tema excepcional sin duda alguna.
También saben jugar con un sonido algo más agresivo, acelerando por momentos el ritmo y dando algo más de potencia a las guitarras, como muestra, “Tú en Mi Vida”, teniendo pasajes donde prácticamente se salen de esa línea de hard rock tan marcada que han ido siguiendo y endureciendo el sonido hasta acercarse al heavy.
Dentro de esa línea que se mueve especialmente en esos sonidos tan reconocibles que hablamos se permiten algunas licencias, como algún que otro corte que coquetea descaradamente con el heavy metal, como puede ser “Templo del Sol”, ya que es un tema de ritmos rápidos, sonido con mucha pegada y que en algún pasaje parece que sea un homenaje a pesos pesados como Judas Priest. Un gran trabajo que muestra una versatilidad de músicos experimentados y que les hace poder jugar con el sonido, evitando que se quede un disco excesivamente lineal en todos los sentidos.
Quizá ha hecho que no me haya gustado tanto el cierre que tiene, ya que siendo una canción interesante, yo quizá no la habría elegido para cerrar el álbum. “Contigo” es una balada que se desarrolla en formato acústico por completo, con un ritmo muy pausado y donde prácticamente predominan el teclado y la voz; como digo, una canción que es buena, pero que quizá como cierre haga que el disco se quede un poco cojo, ya que empieza con mucha contundencia y se cierra con mucha suavidad; no me voy a aventurar a decir a gente con la experiencia de los músicos de 7 Almas nada que no sepan ellos ya y al final esto es cuestión de gustos, pero yo habría invertido el orden con la canción anterior, para intentar dejar la sensación de disco redondo.
En definitiva, un muy buen trabajo de 7 Almas, que les mantiene en un nivel elevado y que a los más aficionados al hard rock de antaño, aquel que se hacía en los años 80 por bandas como Sangre Azul o Whitesnake, o pinceladas más heavys como Rainbow o DIO. Aquí tienen un verdadero filón donde encontrar un buen puñado de minutos que les harán disfrutar al máximo de lo que sale por sus altavoces. Desde luego si algo hay que destacar de este disco, es el buen gusto que tiene la banda, trasladado a la composición, y que dejan un buen puñado de grandes canciones con un disco que en ningún momento llega a ser pesado de escuchar, siempre sin perder su seña de identidad, y esto es algo digno de ser muy agradecido.
Joseph Draven