Artista: Dream the Electric Sleep
Album: Beneath the Dark Wide Sky
Sello: Mutiny Records
Fecha: 27 septiembre 2016
Nota: 8’5/10
La banda norteamericana Dream the Electric Sleep es una formación que lleva ya unos años en activo, con tres discos de estudio editados de una calidad bastante alta y unas melodías curiosas y complejas en cuanto a composición, un grupo que quizá no tiene toda la repercusión que el resultado logrado en este último disco demuestra merecer, pero que deja claro que calidad para lograrlo tienen. Un verdadero carrousel de deliciosas melodías y composiciones muy trabajadas editadas bajo un art-work relativamente sencillo y bajo el nombre de “Beneath the Dark Wide Sky”.
Para aquéllos que, como quien les escribe, no conocía a la banda previamente, es interesante destacar algunas de las influencias que tiene este trío de Lexington (Kentucky, EEUU) formado en 2009, que no son otras más que los inmortales Pink Floyd, que podría ser la que destacaría como influencia principal; no obstante es destacable que no es la única influencia clara que tiene la banda, ya que existen otras influencias visibles en el sonido de la banda como Muse o Rush. Un sonido que por momentos me llega a recordar a bandas como pero con un componente algo más eléctrico en lugar de ser un sonido tan ambiental y melancólico como el de la banda francesa. Un disco donde, como decía previamente, ese tiovivo de sonidos que vamos a encontrar recuerda mucho en algunos momentos a los inmortales (y ya citados) Pink Floyd, con alguno de los temas que bien podría estar sacado del “The Dark Side Of The Moon”.
El sonido de percusión está bien trabajado, adaptando el ritmo a lo que requiere cada tema sin llegar a ser pesado nunca (no vamos a ver compases rápidos ni dobles bombos, cosa que viendo sus influencias creo que ya era evidente), sin embargo aporta esa parte de potencia que le corresponde a esta sección. Se completa la faceta musical con bajo y guitarra, con un juego musical de ambos exquisito, ya que el bajo es perfectamente audible durante toda la duración del LP y la guitarra muestra una variedad de sonidos excepcional, que elevan en enteros la calidad del resultado logrado en el trabajo.
Y tema aparte se merece el juego vocal, donde el guitarrista (también cantante) y el bajista (y corista) tienen un timbre que se maneja mucho por un tono agudo, pero un agudo natural (no pensemos en gritos o similares), logrando de esta forma que las dos voces empasten perfectamente y le den ese toque casi mágico a las canciones, con un resultado sensacional que dejará auténticas obras maestras como “Headlights”, “Flight” o “Let The Light Flood In”, canciones que muestran al cien por cien todo lo comentado previamente. Sin embargo esta banda no vive sólo de grandes composiciones cantadas, este terceto también sabe mostrar su indiscutible habilidad y calidad en la faceta instrumental, dejándolo patente en algún tema instrumental que nos vamos a encontrar en la reproducción del trabajo como “We Who Blackout The Sun”.
En lo que respecta a lo complejo de las composiciones que comentaba previamente, también hay algunos cortes donde se puede apreciar claramente esta faceta, un buen ejemplo de esto que comento es el octavo corte del trabajo, “The Good Night Sky”, donde podemos ver la inmensa complejidad de la composición en cuestión y la enorme habilidad que tiene la formación para lograr resultados como este.
En conclusión, es un trabajo que requiere de más de una escucha para poder captar toda su esencia, para poder emitir una valoración que capte todo lo que esconde esa portada a simple vista tan sencilla que tenemos en nuestras manos. Un trabajo donde, si buscamos algo con potencia, no estamos ante la obra adecuada, ya que si bien es cierto que tiene algunos cortes con algo más de fuerza, en este aspecto es un trabajo con altibajos, pero queda claro que lo que busca la formación no son temas potentes, de esos que golpean directos, sino temas elaborados, que enganchan y que envuelven auditivamente hablando.
Un LP que, en esas escuchas que decía previamente, requiere que nos centremos en la música, que intentemos exprimir hasta el último segundo de reproducción para poder degustar todas y cada una de las notas que contiene, ya que como el buen vino, está repleto de matices, y todos esos matices no se sacan a la primera.
8’5/10
Joseph Draven