Artista: Swim to Drown
Álbum: Fortress
Sello: Autoeditado
Fecha: 7 de marzo de 2019
Nota: 7/10
Si hay un género que últimamente está experimentando un boom indiscutible es el metalcore, donde están saliendo una gran cantidad de bandas en los últimos años, algunas regalando además temas realmente excepcionales (“A Prophecy” de Asking Alexandria es un buen ejemplo) e incluso discos que se escuchan y resultan realmente atractivos (como puede ser el “This is Goodbye” de Imminence), lo que hace que aunque no seas un gran seguidor de este tipo de metal siempre puedas encontrar algo interesante que almacenar en la lista de Spotify o un disco interesante que comprar para tener en casa y poner de vez en cuando.
En estos registros se mueve la banda que nos ocupa en el esta ocasión, desde Zaragoza los chicos de Swim to Drown vienen dispuestos a patear culos con este “Fortress”. La banda surge en tierras mañas en el año 2010 bajo otra denominación, pero tras una serie de cambios desemboca en Swim to Drown. En el año 2016 lanzan su primer EP, de nombre homónimo y caracterizado por ese sonido a caballo entre el nu metal y el metalcore, lo que les permite tocar con bandas como Infected Rain o Butcher Babies. Ahora editan este LP, con el que vienen para quedarse.
Como no podía ser de otra manera, el disco se inicia con un tema que es una muestra de las capacidades de la formación, bebiendo del metalcorte más actual a la par que con elementos de bandas de nu metal de la vieja escuela (alguna reminiscencia incluso de Linkin Park se puede llegar a encontrar), “The Truth Nobody Knows” es una bomba de relojería a punto de estallar donde Tony (voz), JuanK (guitarra), Álvaro (guitarra), Niko (batería), Xus (DJ) y Juan (bajo) dejan clara su propuesta y lo que van a ofrecer, y sólo con esta canción una cosa me queda clara, a los amantes del metalcore este disco no les pasará desapercibido. Toda una vorágine de sonidos y unos cambios entre voces limpias y guturales que dotan de calidad a esta canción.
El siguiente corte, “Rönin”, sigue la estela del anterior, con esos cambios de ritmo, juego de guitarras agudas y crudas con guitarras más limpias, cambios vocales entre el gutural y las limpias pero sobre todo unos estribillos que son dinamita en su estado más puro, me ha parecido destacable el trabajo de la batería y el bajo en este corte, dotando de una fuerza sobrehumana al mismo.
Con algo menos de revoluciones al inicio comienza “Nightingale Floor”, que tiene un juego de guitarras contundentes con una base rítmica que vuelve a dotar de mucha fuerza a la canción, y una vez más los cambios entre voces limpias y guturales son numerosos y en momentos oportunos, así como la presencia del DJ, que coge mucho protagonismo en un pasaje junto a la voz para dar un matiz diferente a lo que estamos escuchando, y reafirmando que el trabajo es más que concienzudo.
Y con “Eclipse” vamos a ver otra canción que usando esa vorágine de sonidos busca algo diferente, con un ritmo algo más pausado al principio pero sin perder esa potencia, para ir acelerando en diversos puntos del corte durante unos segundos y gestionando a la perfección los recursos para que no decaiga en ningún momento el resultado que está ofreciendo, y que a medida que pasan los minutos más claro queda lo que comenté hace unas cuantas líneas, que a los amantes de este género este disco no les pasará desapercibido.
En quinto lugar nos encontramos con “Dance Macabra”, que sigue los parámetros ya vistos aunque aquí por momentos el DJ toma más presencia para aportar su granito de arena al sonido de la banda, un corte en el que lo que más me ha convencido ha sido algunos pasajes de la voz limpia, donde le da un toque melódico interesante.
En sexto lugar nos encontramos una especie de intermedio bajo el título “CL0TH3SL1N3”, que nos da paso a la tormenta sonora de “Headless”, un corte que por momentos me ha recordado, a nivel musical, a una de esas canciones de este género que se te quedan a la primera escucha como fue el “Tiburones” de los ya extintos SujetoK, con ese juego entre el DJ y el bajo que le da un toque interesante, no obstante hay que decir que esta es la única similitud entre ambos cortes, porque una vez llegados al estribillo Swim to Drown vuelven a hacer lo que vienen mostrando a lo largo del disco, dar toda la potencia posible con la voz gutural.
Encaramos la recta final con “Heroes”, un corte donde ha colaborado ElDobleZero para darle un toque muy melódico que me ha recordado bastante a alguna canción de Linkin Park por momentos. Pero sin duda si hay algo que destaca de este tema son esos pasajes narrados, al más puro estilo del nu metal clásico, con esa faceta de rap, pero son llamativos porque están narrados en castellano, y esto le da un toque diferente y muy interesante al corte, al menos del disco este ha sido el que más me ha convencido hasta ahora.
En penúltimo lugar tenemos “Party Crusher”, que va a mostrar una faceta que ya hemos visto antes, con un ritmo no tan acelerado pero con mucha potencia y aunque no haya cambios de ritmo pronunciados como en cortes anteriores, el tema tiene todo lo necesario para seguir siendo una bomba de relojería. Un trabajo que coge un toque algo diferente por la parte electrónica que entra con cierta regularidad.
Cierra el álbum “Broken Fishhook”, una canción que se inicia con una faceta totalmente melódica hasta que entra el DJ, lo que da paso a toda la artillería pesada, pero manteniéndose en unos ritmos algo más relajados, quizá es el corte, junto a “Héroes” con el ritmo más lento del álbum, pero sin duda aquí lo más destacable es que hay grandes pasajes que se hacen con sonidos limpios en todos los aspectos, siendo un broche de oro a un disco debut interesante. En cuanto al sonido, en los estribillos entra la potencia en las guitarras pero se mantiene en voz limpia, es, seguramente, el tema donde el gutural tiene menos presencia.
En definitiva, a quien le guste este género seguramente encontrará material muy interesante en este álbum, del que debo decir que para ser un “debut” (ya editaron un EP, pero recordemos que es su primer LP) tiene un resultado bastante logrado, lo que les llevará a dar qué hablar sin duda alguna, no obstante ya sabemos que para gustos los colores, y quien les escribe, siendo totalmente honesto, no es un gran amante del metalcore; sí, hay al menos dos o tres canciones que tendría en una lista de reproducción para escucharlas con cierta regularidad, pero quizá he visto algunos temas con un sonido demasiado similar entre sí y relativamente seguidos, quizá para mí este es el punto débil del disco, pero si de algo no me cabe duda es que tienen un margen de mejora descomunal por delante. Tienen recorrido por delante y, visto lo visto, un hambre voraz combinado con unas ganas de comerse el mundo incuestionables, lo que ha dado a luz a un disco que, como decía al inicio, viene directo a patear culos, y desde luego hay que decir que si esa era la intención de los zaragozanos, lo han logrado. Habrá que estar atentos a sus pasos.
Joseph Draven