Artista: SWEET OBLIVION feat. GEOFF TATE
Álbum: Sweet Oblivion
Sello: Frontiers Music
Fecha: 14 de junio de 2019
Nota: 7,5/10
Una nueva idea de Frontiers Music, un nuevo proyecto puesto en marcha, en este caso para que Geoff Tate (ex Queensryche, Operation: Mindcrime) pueda volver a interpretar esas canciones que en la década de los ochenta le lanzaron a la fama con Queensrÿche y que parece que ha dejado de hacer con Operation: Mindcrime, aunque sea parcialmente.
Por esta razón, Frontiers Musics ha decidido unir al cantante con tres talentosos músicos italianos elegidos por Simone Mulanori (DGM; guitarra y bajo), completando el elenco con Emanuele Casali (DGM; teclados) y Paolo Caridi (batería; Angels & Demons, Hollow Haze entre otros) para crear un disco a la altura de lo que un cantante como Tate merece.
El álbum comienza con un corte directo, iniciándose este con unas guitarras potentes que dan paso a la entrada de la batería reforzando esa fuerza que empieza desprendiendo este “True Colors”, empleando un ritmo fácil de seguir pero un sonido que engancha y que termina de despegar con la entrada de las líneas vocales, haciendo de esta forma una mezcla soberbia para regalarnos un sonido que nos transporta a la época de los ochenta en cierta medida, pero sin perder ese toque actual, resultando bastante interesante a la hora de escucharlo. Una gran forma de abrir el disco, enganchando al oyente desde el segundo uno.
El siguiente corte mantiene un ritmo similar pero en esta ocasión el teclado va a ganar algo más de protagonismo, teniendo incluso un fragmento donde hay un solo de este instrumento, pero el sonido es realmente exquisito en este corte, con una vertiente muy melódica y una entonación espectacular por parte del cantante, logrando así un resultado muy bueno, bajo el título de “Sweet Oblivion”.
“Behind Your Eyes” comienza con un ritmo un poco más pausado que los dos anteriores, pero mantiene la fuerza mostrada en los casos anteriores, en este caso prima la melodía incluso en las guitarras, que son bastante contundentes pero, como digo, aportan también un fuerte componente melódico para hacer una canción que, si por algo destaca, es por la melodía que tiene en todos los estamentos musicales, desde la voz hasta el bajo, haciendo una canción que me ha gustado bastante por este aspecto y por cómo han resuelto la misma, ya que tiene un resultado excelente.
Comienza este corte mezclando la guitarra distorsionada con la guitarra limpia y desembocando en un torbellino musical en toda regla, “Hide Away” es un corte con una atmósfera algo más oscura respecto a sus predecesores, apoyando este sonido en la guitarra limpia y en el teclado, así como en una entonación más grave por parte de Geoff Tate, mostrando este también una versatilidad vocal a tener en cuenta. El resultado es una canción que, como digo, tiene un toque algo más oscuro pero que no desmerece en absoluto el resultado, reforzado sobre todo con un estribillo sensacional.
“My Last Story” es una canción con un ritmo lento y fácil de seguir, que de nuevo prima por encima de todo la melodía y aunque usa guitarras limpias, no tiene ese toque tan oscuro del caso anterior, pero sigue siendo una muy buena canción, que por momentos hasta puede hacer las veces de balada, manteniendo así el disco en un nivel interesante.
Con “A Recess From my Fate” vuelven a un ritmo algo más rápido, con un sonido más directo (sobre todo de guitarra, ojo al solo inicial) y a dotar a la canción de más fuerza, empleando para ello sobre todo un juego interesante en la percusión. Las líneas vocales vuelven a esos agudos del inicio del disco, por lo que se podría decir que esta segunda parte se inicia de una forma muy similar a como se inicia el disco.
Volvemos a ritmos algo más pausados con “Transition”, que coge un toque algo más pesado durante la primera parte del disco, ya que la entrada de la segunda estrofa hace que la percusión acelere algo y por tanto esa pesadez inicial en el sonido se pierda durante unos instantes, ya que la llegada del puente y del estribillo nos devuelve ese sonido con toque pesado indicado anteriormente. Una canción que de nuevo usa sus recursos para mantener el disco interesante.
Llegamos a la obligada balada con “Disconnect”, una canción que debo reconocer que no me ha sorprendido en exceso ya que tiene todos los elementos que se esperan, un solo de guitarra interesante, una entonación repleta de melodía, un ritmo lento y un sonido que busca crear esa atmósfera particular que toda buena balada debe tener, y por desgracia en eso se queda, una buena canción, pero que al menos a mí ha sido la que menos me ha transmitido de todo el álbum.
Encaramos la recta final con “The Deceiver”, una canción que se inicia buscando de nuevo esa velocidad que por momentos flaquea en el álbum, aportando el sonido de los teclados en este inicio bastante potencia sonora, para que la entrada de la voz desemboque en una canción donde lo que resulta algo discordante respecto a lo escuchado anteriormente es la entonación en las estrofas, siendo esta más grave de lo que en un primer momento se espera, y dando así algo de sorpresa en esta canción que, por estructura y elementos usados, repite lo escuchado en algunos cortes anteriores.
Cierra el disco “Seek the Light”, un medio tiempo que, quizá, me habría cuadrado más antes del corte anterior, para poder cerrar el disco con potencia, ya que para mi gusto esto deja el cierre del álbum un poco descafeinado. El tema es interesante pero quizá no tiene un elemento rompedor para que, una vez finalizado el disco, te den ganas de volver a escucharlo. Un buen solo es quizá lo más destacable de esta canción que, como digo, me habría cuadrado más para dar paso al último tema que para cerrar el disco.
En resumen, como suele pasar con estos proyectos de Frontiers, una buena base con un buen elenco de músicos que finalmente parece que se deja por explotar al máximo el potencial que ofrecen, ya que a la hora de la verdad, bien sea la forma en la que se ha elaborado el track list, bien sea porque llega un momento que comienza a ser ligeramente repetitivo lo que escuchamos o por cualquier otra razón, proyectos como este, que pueden dejarnos auténticos bombazos, se quedan en buenos discos sin más; aunque como digo siempre, sobre gustos no hay nada escrito.
Joseph Draven